AFRONTAR LA PÉRDIDA DE NUESTRO PERRO
Cuando una persona muere es natural sentir tristeza, mostrar dolor, y que los familiares y amigos se muestren comprensivos y nos ofrezcan su apoyo. Lamentablemente, no ocurre lo mismo cuando el fallecimiento es el de el perro con el que convivimos. Mucha gente considera el duelo inapropiado cuando quien se ha marchado era “sólo un perro”. Cualquiera que haya pasado por tan doloroso trance y al llegar a su puesto de trabajo con los ojos rojos y ojeras se haya encontrado con las burlas de sus compañeros de trabajo sabe a qué nos referimos. Y sabe que la pérdida de uno de nuestros perros es tan dolorosa como la de otro miembro de la familia.
Los perros nos ofrecen compañía, apoyo emocional, aceptación y amor incondicional. Todos los días de su vida que pasan con nosotros. Si entiende y acepta este vínculo entre humanos y perros ya ha dado el primer paso para superar el dolor de la pérdida de su perro: saber que es normal y “correcto” sufrir con la muerte de nuestro perro.
Conocer el proceso del duelo y buscar fórmulas para sobrellevarlo puede acercar el día en el que los recuerdos nos provoquen sonrisas en lugar de lágrimas.
El proceso de duelo es distinto en cada persona. Puede durar días o años. La psicología moderna ha establecido siete etapas en el duelo. Es importante tomarlas como una guía genérica ya que, insistimos, el proceso de duelo es individual.
Por ejemplo, puede sucedernos sufrir un período de depresión (aquí no estamos hablando de depresión clínica), necesidad de aislamiento y soledad meses después de nuestra pérdida. Mucha gente no lo entenderá, según ellos “ya se le debería haber pasado”. Según los expertos, es perfectamente normal –y de esperar- que se mantenga el luto emocional tras ocho meses de la muerte de un ser querido. Conocer este dato le ayudará a afrontar la presión de quienes no le entienden. Su largo sufrimiento es normal. Son los demás los que no comprenden un gran duelo, posiblemente porque no han conocido un gran amor.
Las siete etapas del duelo:
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Lamentablemente, la aceptación no trae consigo la felicidad inmediata. La tragedia de perder a un ser querido con el que se ha compartido cada día de su vida durante quizá 14-18 años, es una tristeza que permanecerá siempre en su corazón, aunque cada día será más soportable.
Queremos insistir en la individualidad del proceso de duelo. Usted puede pasar sólo por dos o más de estas etapas. El hecho de que usted se recupere rápidamente de su pérdida no debe hacerle sentir culpable, no significa que amara menos a su perro, simplemente que la forma de enfrentarse a las desgracias es distinta en cada uno de nosotros.
Si vivimos con otros perros deberemos prestarles especial atención, ya que ellos pasarán igualmente por un período de duelo. Pueden buscar al desaparecido, gemir, padecer letargo, o negarse a comer o beber. Será preciso vigilar esta situación, ya que podría ser precisa la intervención de un veterinario. Intente mantener la rutina con ellos, no descuidando los horarios, cuidados y paseos. Y deles cantidades extra de cariño, será bueno para ellos y para usted.
Algunas personas bienintencionadas le insistirán en que adopte rápidamente un nuevo perro para aliviar su sufrimiento. Es importante que les advierta que no caigan en la tentación de presentarse en su casa con un perro de la mano. Un nuevo perro no puede reemplazar al que usted ha perdido. Apresurarse en esta decisión no es justo ni para usted ni para el recién llegado, tampoco para los otros perros de su casa. Concédase tiempo para superar el duelo, usted sabrá cuando ha llegado el momento de ir a la protectora a conocer su nuevo compañero de vida.
Si acaba de pasar por este duro trance y necesita compartir sus sentimientos con alguien que le comprenda, o si lo ha superado y cree que puede ayudar a alguien. O si quiere publicar un tributo a su ser querido, le animamos que pase por nuestro foro y entre en el tema Duelo.
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